El paciente latino para cirujanos ortopédicos

By Gloria M. Rivera

¿Te gustaría participar como panelista en una mesa redonda sobre la cultura latina? Cuando oí esa pregunta, no podía más de la emoción y dije sí sin pensarlo dos veces. El tener como “audiencia cautiva” a los cirujanos ortopédicos asistentes a la Conferencia Anual de la Asociación Ortopédica de California (California Orthopedic Association) era como un sueño hecho realidad.

Como médico e intérprete tengo experiencia de los dos mundos. Al ser médico en Lima, Perú, pude notar que habían muchas diferencias culturales entre mis pacientes a pesar de ser todos peruanos. Al mudarme a EE.UU. noté aún más diferencias no solo entre la cultura hispana y la anglo sino entre nosotros los hispanos.Por eso acepté, ya que era la oportunidad perfecta para contarle a los médicos anglos sobre las diferencias que había notado y cómo podrían usarlas para tener una mejor relación con sus pacientes, obtener un diagnóstico más preciso y mejores resultados.

Al empezar a desarrollar la presentación me di cuenta de que hablar de cultura es como hablar de gramática: uno sabe más de la cultura distinta ya que lo que uno sabe de la cultura propia es algo innato. Por eso, expliqué y contrasté ambas culturas y cómo crear un puente entre ambas.

La cultura son los valores, creencias, costumbres, tradiciones y actitudes que son aprendidas y compartidas por los miembros de un grupo. Tal como cuando uno es niño y se da cuenta que cada amigo tiene diferentes reglas para un juego de mesa. Todas estas “reglas” uno las aprende en casa y las trae consigo al igual que la cultura.

No todas las personas tienen las mismas peculiaridades culturales, por lo tanto expliqué nuestras diferencias y contrastes mediante las siguientes generalizaciones.

  1. ¿Soy hispano o latino?
    El ser hispano o latino es una categoría que fue creada para el censo del 2010 en Estados Unidos. Se define a un hispano o latino como “una persona de origen o cultura cubana, mexicana, puertorriqueña, de Sudamérica, de América Central o España, sin importar la raza”. Pero, se considera a las personas hispanas como las que solo hablan español (lo que dejaría fuera a las personas de Brasil) y a las personas latinas como a las que han nacido en Latinoamérica (lo que dejaría fuera a las personas de España ya que nacieron en Europa). Este tipo de información es recabada generalmente con fines estadísticos.

  2. Todos hablamos el mismo español.
    Oficialmente, se habla español en 20 países y hay variaciones entre vocabulario y pronunciación no solo entre estos países sino entre el mismo país. Por lo tanto, la creencia de que “todos hablamos español de México” no podría estas más lejos de la verdad. Otro punto que mencioné relacionado al español es que no solo porque un paciente refiere hablar inglés o entenderlo significa que se puede prescindir de un intérprete. Conté la historia de un paciente que me confesó que empezó a solicitar un intérprete cuando se dio cuenta de que cuando le preguntaban “do you have numbness?” se referían a si el paciente tenía algún adormecimiento o entumecimiento y no náuseas como el suponía. Este paciente tenía ambas manos entumidas por mucho tiempo y era un síntoma que negaba y, por lo tanto, no se le dio el diagnóstico ni tratamiento adecuado.

  3. Tenemos un origen distinto.
    No todos nos los hispanos nos vemos iguales ya que tenemos diferentes orígenes. Por ejemplo, en Perú todos vemos distinto, pero nos identificamos como peruanos. Tenemos gente de ascendencia italiana, china, japonesa, afroamericana, etc. y eso se refleja tanto en el aspecto de nuestra gente como en nuestras costumbres.

  4. Somos una cultura que valora inmensamente a la familia ya que es la unidad básica de nuestra sociedad. Por lo tanto, las decisiones médicas son tomadas teniendo en cuenta el beneficio de la familia y no el beneficio del individuo. En cambio, los anglos valoran la independencia y las decisiones sobre salud son tomadas solo por el individuo ya que es el que está a cargo de su tratamiento. Por ello los pacientes hispanos acuden a las citas médicas acompañados por otra persona (p.ej. esposo(a), hermano(a) o madre) y esta persona es la que muchas veces sabe más sobre los medicamentos, dosis, visitas médicas, etc. que el mismo paciente.

    Además, para los hispanos, el concepto de familia incluye a la familia nuclear (padre, madre, hijos), a la familia extendida (abuelos, primos, tíos), a la familia política (cuñados, yernos, nueras, consuegros), vínculos religiosos católicos (madrina, padrino, ahijados, compadre, comadre) y amigos cercanos de la familia. El concepto de la familia anglo solo incluye a la familia nuclear.

    Mencioné tanto al machismo (donde el hombre es el proveedor, protector y quien toma decisiones por la familia) y el marianismo (donde la mujer es la madre abnegada que se sacrifica por el beneficio de la familia). Ambos rasgos juegan un rol al momento de las tomas de decisiones sobre un examen, procedimiento o cirugía.

  5. Valores:
    Hablé sobre los siguientes valores de los hispanos:

    Respeto: Tenemos una actitud de deferencia a personas del sexo masculino, mayores que uno, con mayor nivel educativo y con mayor estatus económico o social. Por lo tanto, un médico estaría en un nivel mucho más alto que el paciente y sería una figura de autoridad. Esto se reflejaría en un paciente que no hace contacto visual, no hace preguntas ni expresa dudas sobre su tratamiento o diagnóstico o no es honesto en sus respuestas para no ofender o hacer enojar al médico. Esto, desde el punto de vista anglo, se malentiende como un paciente pasivo e indeciso.

    – Confianza: Es el nivel de familiaridad que se tiene con el médico o personal sanitario. El nivel de confianza que tiene el paciente es directamente proporcional con la cantidad de información que revelará durante cada encuentro y si seguirá las indicaciones médicas o cumplirá con el tratamiento.

    Personalismo: Es el valor que le damos a las relaciones interpersonales. Al igual que la confianza esta es una forma de establecer una relación médico-paciente sólida y donde el paciente dé más información y cumpla con las indicaciones o el tratamiento.

  6. El concepto del dolor.
    Para los hispanos existe “me duele mucho, poquito, nada”. En cambio los anglos cuantifican el dolor en una escala del 1 al 10 “donde 1 cuando uno no tiene dolor y 10 un dolor extremo, como si lo operaran sin anestesia”. Este tipo de “traducción de la escala de dolor” representa un reto para los hispanos, ya que no toman en cuenta el “me molesta” (que he descubierto que es un tipo de dolor muy leve, como un 1 al 3 para un anglo) en la escala de dolor, pero que no existía antes de que se lastimaran.

Como podrán imaginarse es sumamente difícil resumir TODA una cultura en los 15 minutos que me fueron asignados (los cuales se transformaron en media hora ya que, felizmente, faltó uno de los panelistas). Por lo tanto traté de poner en evidencia las diferencias que, al ser tomadas en cuenta, podrían mejorar no solo la relación médico-paciente, sino el resultado del tratamiento en sí.

Note: This blog post was published in Intercambios, Newsletter of the ATA Spanish Division. Summer 2016 (https://ataspd.files.wordpress.com/2016/10/intercambios-summer-2016.pdf)